Letras

Ilustración: Luis Galdámez

Rossana Cantarely

Roxana Teresa Elizabeth Beltrán de Cantarely. Licenciada en Letras 1998, máster en Lexicografía Hispánica (RAE) en Madrid 2003, posee un diplomado en ¨El pensamiento estético de Octavio Paz ¨ 2004. Roxana es catedrática del departamento de Comunicaciones y Cultura de la UCA desde 1999 y ha sido parte del equipo técnico de Lexicografía de la Academia Salvadoreña de la Lengua (ASL); columnista de la página Cultura de La Prensa Gráfica en 2002 y 2003 y jurado en certámenes literarios de los Juegos Florales de la Secretaría de Cultura (SEC) entre 1997 y 2017 de poesía, poesía infantil, ensayo y cuento. Integrante de la comisión de edición de la DPI y miembro de la Red Mundial de Escritores en Español (REMES). Se desempeña como correctora de estilo y ha publicado en revistas impresas y digitales de España, Cuba, México, Argentina, Canadá y Miami; en antologías nacionales e internacionales en los géneros de poesía, cuento, y microrrelatos, género en los que ha obtenido premios

Julio 29, 2022

Poemas para Gianfranco

Un poema para Gianfranco:

“Vos que saltás entre risas y gritos por mi vida

abriendo los silencios como nueces

para descubrir las palabras, las palabras tuyas,

llenitas de emociones y de ensueños.

Vos que me inventás más nombres

para darme metáforas únicas como joyas de mar.

Vos que recorres el jardín tapándote los oídos

con las manos enteras para atrapar el aire

y el verde rumor de las hojas

con los ojos de la piel.

Vos que cantás y cantás

porque hay música en todos tus silencios hermosos.

Vos que descubrís el misterio de las sonrisas

y que abrazás entero y tímido

como el sol anaranjado del verano.

Vos que caminás descalzo disfrutando de la vida

a plenitud entera y te regocijas inmenso

en un segundo de felicidad completa.

vos que llevás la ansiedad cerquita de la alegría,

ambas a la mano, para entregarlas enteras

y que sobresaltas al mundo con tus mareas.

Vos hijo que sos tan sensible, tan sensible,

como las cuerdas de la guitarra;

vos sos el punto central de mi universo.”

 

Gianfranco, el mundo gira para vos a otro ritmo

amás los puentes, la música, el agua,

y los pronombres enclíticos.

Hueles el instante sin esquemas

y sabés los mil detalles, pero te asombrás;

saltás pleno de sonrisas

al descubrir una pieza nueva del universo

ya sea una hoja amarilla, una mariposa,

la luna o el viento que mueve el bambú.

Conocés los espacios milímetro a milímetro;

llevás lupas en tus ojos de águila,

niveles en los pies que van siempre equilibrándose

en la cuerda floja

y millones de juegos en las manos

también descubrís de repente el spin

y los puntos focales de todos los paisajes

y bailás, feliz de saberte libre,

de puntitas sobre el aire que te roza

las ideas que te voy adivinando.

Todos los días te regalo una palabra nueva,

un verso, un poema y vos me das ese amor azul

ese amor azul que eterniza la paciencia

y el tono exacto de la palabra y del silencio.

Llenás de cosquillas los absurdos

y cada instante es un sabor nuevo,

un misterio lleno de encanto,

un beso infinito, una carcajada.”

 

“Gianfranco, amor de risas y pies descalzos.

Once años ya de abrazarte, de jugar a tener frío-mucho frío-

un loco frío- para seguir abrazándonos.

Once años de contarte cuentos y de cantarte canciones

que de repente recuerdas y las cantas y los cuentas y sonríes.

Once años de vernos las manos y saber que nos parecemos tanto, Gianfranco.

Once años de cortarte el cabello sin hacer ruido, jugando.

Once años de cruzarnos las calles, de andar en bus o en micro

aprendiendo del asfalto de las ciudades.

Once años de mojarnos bajo la lluvia, de cortar la fruta de los árboles,

de sembrar plantas, de coleccionar piedras,

de investigar las hormigas, de meternos en los charcos

y de rasgar la tierra con la uñas.

Once años de mecernos en la hamaca mirando las nubes,

oyendo los pájaros y de cantar a toda voz el CANTO NEGRO de Nicolás Guillén.

Once años de guiñarnos los ojos y de entendernos los silencios,

once años de darnos abrazos de tres: papá, vos y yo.

Once años de mirarnos en el espejo y jugar a las muecas,

once años de sentarnos en la ventana a mirar el mundo.

Once años de paseos por calles por ciudades por países

y de aprendernos los espacios con sus intersticios,

 

Once años de comer cáscara de mandarina y reírnos,

once años de ser nosotros, libres y distintos,

once años de sobrevivir a los ruidos, a los prejuicios.

Once años de sabernos fuertes, picarillos,

de ir guardando palabras para hacer libros.

Once años ya Gianfranco, amor de risas y pies descalzos.”

Cartas poéticas

Martes 13, febrero 2007

 

Cantarely:

Redonda imaginación en la que naces con tu nombre entero y subterráneo precipitado a mí, a mi silencio incurable: Ernesto.

Fuego que ilumina la soledad, esa soledad de piedra que cargo.

Un beso viene como ola marítima, despacio, a saciarme la ansiedad, se posa, y la locura crece hasta el éxtasis en un hambre de cantatas amorosas.

Es martes hoy, martes trece en el que los silencios se crecen intensos y dolorosos. El orgullo cae como piedra sobre los pensamientos, pero el amor prevalece y las distancias se diluyen hasta que tu mano roza suave las yemas de mis dedos y sé que sigo allí contigo y sé que sigues aquí conmigo.

Amor, la pasión y la ternura estremecidas en este segundo me desnudan y atravieso calles, huelgas, muertes hasta ti, voy redonda, libre, anaranjada. Y descubro de nuevo los pasitos de tus dedos.

Pasitos de tus dedos en mis muslos, la selva del cabello extendida entre tus manos, un beso jugueteando.

Un beso jugueteando en la oreja. Saltitos de palabras tiernas. Un pie que roza al otro entre silencios y la luz nos penetra. Canciones que se alborotan en el aire y miles de recuerdos que nos llenan.

La boca dulcemente entreabierta, anhelo de verdad, de universal esencia, vamos juntos hacia nosotros mismos endiosados a la infinitud de lo finito.

Somos ríos hendiendo la tierra en la búsqueda del origen de la sal.

 

 

Miércoles 14, febrero de 2007

 

Gianfranco:

¡Como nace uno en las sonrisas de la vida que florece! ¡Es increíble!

Es increíble mirarse tan adentro en los ojos de un niño y nacer a ciencia cierta desnudos de nuevo.

Niño:

Cuando el llanto me pudre los ojos viene tu sonrisa de siete meses que estremece las ideas y nazco, broto de nuevo.

Cuando el silencio me muerde viene tu carcajada de sietemeses y me aprieta los sentidos, me abrazo a tu voz y surjo nueva.

Cuando me araña la tristeza vienen tus palabritas de sietemeses a habitarme de amor y dejo de ser mujer para ser entera y redonda como la tierra. Y miro que la vida es hermosa con su carita contenta, risueña, divina. Y todo me asombra y todo se me vuelve poesía.

Y miro que la vida es bonita con su gracia prístina y amanece nueva todos los días florece intuitiva, abraza con ternura, y nos adivina en ese espacio que queda entre tu mirada y la mía.

Bella florescencia nueves meses se han ido, nueve meses de ese amor eterno que no se descifra y que culmina en una entrega total a la luz de la vida.

Siete meses más y aún no comprendo la intensidad de este sentimiento por eso te lo escribo, hijo, eres una llama que arde en mi palabra vital.

 

Jueves 15, febrero de 2007

 

Cantarely:

Hay que llenar de besos los rincones para encontrarnos siempre amantes, para que los escondrijos del

alma estén siempre llenos de luz y no hayan oscuridades extrañas.

Vamos a colmar de nuestros nombres las orillas de nuestras limitaciones para cuando el peligro llegue encontrarme yo en ti y tú en mí, para sabernos juntos y abrazar las ideas con las pasiones.

Vamos a llenar de miradas los silencios para que estos se perfumen y nos lleven a ese olor que nos desnuda de miedos y dolores.

Vamos a llenar de sonrisas las miradas para que brille el alma en todas las ventanas y siempre hayan respuestas acertadas. Vamos a llenar de caricias la memoria para volver y volver a nosotros con la razón sensible y sabernos imperfectos y amarnos.

Vamos a amarnos profundamente con la fuerza del mar que explota en la playa. Dejémoslo todo. Todo: el trabajo, el orgullo, los amigos. Hagamos una siesta de mar en calma. Entreguémonos a ojos cerrados, en melodía quieta que cae como gotitas de lluvia sobre el hombro. Entreguémonos desnudos en

la cima oscura del delirio para entreabrir el paraíso que habitamos.

Los dos solos. Existamos en la palabra amor como un fuego encendido, como tarde anaranjada, como hojas que caen en otoño a renovar la tierra.

Foto

Granada – Nicaragua, 2017

Las miradas urbanas de Hugo Santamaría

Nací en Santa Tecla, El Salvador. En aquel año de 1961 las cosas parecían ser mayores, el sol menos agresivo, el verde más brillante. Se escuchaban las grandes orquestas cubanas y caribeñas, los tríos mexicanos y las “Big Bands” del norte.

Atardecer_intervención_Luis Galdámez

La adaptación al cambio

Cuatro artistas, cuatro lentes, cuatro enfoques en la conmemoración del Día Mundial del Medio Ambiente. ¿Los patrones insostenibles de consumo llevan el plantea hacia un cataclismo calculado? El Salvador tampoco escapa a la triple crisis planetaria que acarrea el cambio climático, la pérdida de naturaleza y biodiversidad.

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