Entrevista

Foto: Luis Galdámez

El Batallón de Infantería de Reacción Inmediata Atlacatl fue diseñado en la Escuela de las Américas de EE. UU. en 1980 y, desde su fundación, estuvo a cargo de las peores atrocidades durante la guerra civil como la masacre de El Mozote y el asesinato de los sacerdotes jesuitas.

El Salvador: el pasado convertido en un eterno presente

Entrevista con Eduardo García, director de Asociación Pro Búsqueda

Rosarlin Hernández

Junio 17, 2022

De los episodios más oscuros y dolorosos de la guerra civil salvadoreña ha sido seguir las pocas huellas que dejaron las niñas y niños víctimas de la guerra. ¿Cuál fue el último camino que recorrieron? Responder esta interrogante y dar con su paradero actual es una de las prioridades que, desde hace 28 años, encabeza la Asociación Pro Búsqueda. Creada por el sacerdote jesuita Jon de Cortina, Pro Búsqueda es pionera en investigar, atar cabos y exigir documentos de la época que representan piezas claves del rompecabezas y que facilitarían el reencuentro de cientos de familias que fueron separadas de sus hijos e hijas como parte de la estrategia militar implementada por el ejército salvadoreño en territorios con presencia guerrillera. La idea fue infligir el mayor daño posible. Y lo lograron. En El Salvador, el pasado se entrelaza con el presente. Los asesinados, desaparecidos y huérfanos de ahora, se suman a la lista de un pasado sin resolver. Las heridas permanecen abiertas y los duelos contenidos se multiplican. El pasado se ha convertido en un eterno presente. En medio del olvido, el silencio y la impunidad, el país atraviesa una profunda crisis para determinar hacia dónde quiere ir.

ESPACIO: ¿En qué momento de la guerra civil, los niños y las niñas se convirtieron en un blanco importante para el ejército salvadoreño?

Eduardo García: Según las estadísticas y, a partir de los 500 casos resueltos en estos últimos 28 años por la asociación, tenemos una gráfica donde empiezan a subir la cantidad de denuncias por niñez desaparecida desde 1979 hasta llegar al clímax en 1982, con más de 230 casos denunciados y luego desciende.

Algo pasó en el año 82 que fue inusual y marcó la diferencia. En la revisión histórica convergen algunos eventos: el 10 de enero de 1981 hay un alzamiento armado por parte de la guerrilla, pero como no se lograron los objetivos, se repliegan en el campo y empiezan a desarrollar acciones de hostigamiento, para hacer sentir su presencia en el país, crecer y acumular armamento.

El 15 de octubre de 1981 que la guerrilla muestra un potencial militar y una capacidad estratégica importante con el sabotaje al Puente de Oro y sin causar bajas civiles. Ese atentado llama la atención de Estados Unidos y del Estado Mayor.

La Fuerza Armada decide a través del General Guillermo García, Ministro de Defensa de la época, que hay que acabar con la guerra al más corto plazo posible, sin importar el costo.

Foto: Giuseppe Dezza

La Asociación Pro Búsqueda fue creada hace 28 años por el sacerdote jesuita Jon de Cortina y desde aquel momento fue pionera en la investigación de los casos de desaparición forzada de niñas y niños durante la guerra.

“Hay oficiales de alta graduación que estuvieron en reuniones en Washington donde se hablaba de la venta de niños y niñas e incluso de los precios”

Entre el 30 de mayo y 8 de junio de 1982, el ejército desarrolló en Chalatenango, con el Batallón “Ramón Belloso”, formado en la base militar Fort Bragg, en Carolina del Norte, Estados Unidos, al frente la operación militar denominada “Domínguez de Pacificación y Limpieza”. Esta es la operación militar donde más niños y niñas desaparecen.

Esta incursión marcó un cambio en la estrategia de combate a la insurgencia que permitió la disminución paulatina de las operaciones “Tierra arrasada”. La idea era cumplir con la condición impuesta por Estados Unidos para continuar el financiamiento de la guerra: disminuir las bajas civiles, sobre todo después de la masacre ejecutada por el Batallón Atlacalt en El Mozote.

 

*La Guinda de Mayo como se le conoció a esta operación militar significó una transición en la forma de actuar del ejército salvadoreño en el campo de batalla. El resultado fue la separación arbitraria de cientos de niñas y niños robados por los soldados durante el desarrollo de la acción militar. En esta incursión al norte de Chalatenango denominada “Operación Domínguez de Pacificación y Limpieza” participaron la Cuarta Brigada, el DM1 de Chalatenango, la Brigada de Artillería, la Fuerza Aérea, la caballería, los batallones Atlacalt, Belloso y Atonal.

La “Operación Domínguez de Pacificación y Limpieza” abarcó la participación de la Cuarta Brigada de Infantería, el DM1 de Chalatenango, la Brigada de Artillería, la Fuerza Aérea, el personal de caballería, y los batallones contrainsurgentes Atlacalt, Belloso y Atonal.

Entre el 30 de mayo y 8 de junio de 1982, el ejército desarrolló en Chalatenango, con el Batallón “Ramón Belloso”, formado en la base militar Fort Bragg, en Carolina del Norte, Estados Unidos, al frente la operación militar denominada “Domínguez de Pacificación y Limpieza”. Esta es la operación militar donde más niños y niñas desaparecen.

¿Esta es la primera vez que el ejército separa arbitrariamente a los niños y niñas de sus familias y los traslada con vida a las bases militares?

Digamos que es la primera vez que un batallón (Belloso) implementa una nueva estrategia que es ganarse a la población civil para evitar su incorporación a la guerrilla, pero separa a los niños y niñas de los brazos de las madres. Incluso tomaron lista, nosotros tenemos las listas que pasaron los miembros del batallón a las Damas de la Cruz Roja donde aparecen los nombres de los niños y niñas raptadas durante la Guinda de Mayo.

Esta es la explicación de por qué de los 1 016 casos que tenemos registrados en la Asociación Pro Búsqueda, 55 pertenecen a ese operativo militar. De hecho, hemos documentado de Cerro Grande, Loma Pacha, inmediaciones del Río Manaquil, entre otros, que aproximadamente 150 niños y niñas fueron evacuados en helicópteros hacia los destacamentos militares en Chalatenango. Entre ellos las hermanas Serrano Cruz y esa es la investigación que hemos presentado ya documentada.

Se debe interpretar entonces, que el batallón Belloso que se fue a capacitar a Estados Unidos había regresado con…

900 soldados y 23 oficiales.

¿Y entre sus estrategias estaba separar de manera arbitraria a los niños y niñas de sus familias con el conocimiento de Estados Unidos?

Se les había formado con base a la experiencia de la guerra Vietnam para dar un trato diferenciado a la ciudadanía. Sin embargo, desde el momento que los niños y niñas llegaron a los destacamentos militares es que se ha investigado el tráfico, la apropiación forzada, la venta o adopciones ilegales y el reclutamiento militar.

El Batallón “Ramón Belloso”, que fue formado en la base militar Fort Bragg, en Carolina del Norte, EE. UU., estuvo al frente de la acción “Operación Domínguez de Pacificación y Limpieza”, que es donde desaparecen más niños y niñas.

Oficiales y jefes del Estado Mayor de la Fuerza Armada participaron en reuniones en Washington donde discutieron fríamente la venta de niños y niñas e, incluso, hablaron de precios.

A partir de estos métodos de apropiación ilegal de niños y niñas raptadas durante la guerra civil ¿cuáles han sido los desafíos que enfrenta Pro Búsqueda en su labor de reconstruir el camino, dónde fueron llevados y cuál fue el destino final de estos niños y niñas?

No había una madre, un padre o un familiar que no te quisiera contar lo ocurrido si con el testimonio contribuían a recuperar a su hijo o hija.

Ha habido militares, soldados, oficiales, que han entendido que eso no estuvo bien o que han tomado conciencia que no tiene sentido ocultar esa información y se han convertido en confidentes. Entonces, nuestra primera prueba ha sido testimonial. Pero ese recurso tiene un límite, porque ellos fueron testigos del rastro que dejaron sus hijos e hijas hasta cierto lugar y de allí se pierde la pista.

Por eso es importante la fuente documental como los listados de las Damas de la Cruz Roja, las incongruencias en las partidas de nacimiento, los tramites de adopciones en los juzgados, adopciones que duraban uno o dos días, esos visados puestos en pasaportes salvadoreños para sacar al niño o la niña de forma legal, emitido por Gobernación o Cancillería, con la visa de la embajada estadounidense y solo se escribía el nombre del niño o niña.

Nosotros hemos visto pasaportes de una niña que fue sacada en pocos días hacía Estados Unidos y fue adoptada en ese país y el pasaporte fue emitido antes que naciera la niña.

Eso muestra que hubo una complicidad en diferentes esferas del Estado, desde el abogado que falsificó una partida de nacimiento, de la Procuraduría General de la República que daba la factibilidad en el estudio de adopción que ese niño o niña no tenía familia, desde la alcaldía que aceptó que llevaran a una niña de cuatro años y solo cobrara la extemporaneidad de la inscripción de la niña y no cuestionara si era tuya o no después de cuatro años.

Los consulados porque ningún niño o niña podían salir sin visado para Francia, España, Italia, Alemania y pienso que estos países debieron encender sus alarmas de que algo raro pasaba cuando se dio una avalancha repentina de niños y niñas que salían de un país en conflicto, pero priorizaron esa falsa obra de caridad que se les iba a dar una mejor vida, aunque no fueran sus padres biológicos.

Diferentes documentos desclasificados de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA) responsabilizan a oficiales del Batallón Atlacatl por sustraer niñas y niños del campo de batalla durante el desarrollo de las operaciones militares.

*Del total de casos documentados en la Guinda de Mayo, la Asociación Pro Búsqueda ha resuelto más de la mitad y ha logrado que 17 niñas y niños que estuvieron desaparecidos, se encontraran con sus familias biológicas ahora que son adultos. El 61.11% de casos resueltos y localizados con vida aparecieron en los registros de instituciones como: Aldeas SOS de Santa Tecla, Aldeas Infantiles de San Martín, y el Centro Óscar Arnulfo Romero (COAR) en Zaragoza.

El 22.22% fueron dados en adopción a familias extranjeras en Francia y Estados Unidos, mientras que el 16.67% de los casos resultaron ser apropiaciones.

Desde la firma de la paz ¿cuáles han sido los avances en la jurisprudencia salvadoreña con respecto al tema de la apropiación forzada de niños y niñas durante el conflicto?

Poco o nada. Estoy convencido que este tráfico de niños y niñas continuó aun con la firma de la paz. Los acuerdos tocaron diferentes temas importantes, pero no sentaron las bases para la protección de la infancia.

Las primeras señales aparecen con la creación de la Ley Lepina, del CONNA y el ISNA, donde el Estado hace un esfuerzo por reconocer a los niños y niñas como sujetos de derecho.

Nosotros tenemos documentos donde oficiales y ministros de defensa después de la paz reconocen que regalaban en la retaguardia a los niños y niñas que encontraban en el campo de batalla. Por eso ahora no importa si un menor de edad es encarcelado por pertenecer presuntamente a pandillas, porque en este país todavía no existe conciencia del valor a la vida. Sin embargo, la Constitución de la República establece que el centro de la sociedad es la familia.

Hay oficiales de alta graduación, jefes del Estado Mayor de esa época, que estuvieron en reuniones en Washington donde se hablaba de la venta de niños y niñas e incluso de los precios. Era un secreto a voces.

La Fiscalía General de la República no retiró el informe de exhumaciones en Arcatao en 2019 donde encontraron seis osamentas de niños desaparecidos y donde participó el equipo antropólogo forense argentino, Medicina Legal, la Comisión Nacional de Búsqueda estatal y Pro Búsqueda.

¿Pero leyes reparatorias creadas por el Estado salvadoreño, específicas para niñez desaparecida, que permitan el reencuentro con sus familias biológicas?

Voy a poner dos ejemplos concretos de jurisprudencia: el primero es de 1997 del Habeas Corpus que interpuso Victoria Cruz por la demanda de sus hijas Ernestina y Erlinda Serrano Cruz.

Y la Sala de los Constitucional resolvió “no ha lugar” porque se está señalando al Batallón Atlacatl de ser los autores de la desaparición de las dos niñas y después de los acuerdos se desmovilizaron y no saben a quiénes deben entrevistar, porque no existe, ni existe documentación y además, señalaron que el Habeas Corpus no es la herramienta para buscar desaparecidos, sino que mejor que lo haga una investigación en el juzgado de Chalatenango. Esto ocurrió en 1997.

Sin embargo, este caso fue la primera condena al Estado Salvadoreño por parte de un organismo jurídico internacional. La Corte Interamericana ordenó al Estado que cumpliera con 11 medidas de reparación, entre ellas que se investigue el paradero de las niñas, la formación de una Comisión Nacional de Búsqueda de niños desaparecidos y la creación de un banco de ADN para apoyar la localización de los niños y niñas.

En 2012 presentamos un Habeas Corpus de once niños y niñas de la Guinda de Mayo también, y fue resuelto en 2016, y este instrumento no solo reconoce a los niños y niñas desaparecidas, la autoría del Batallón Atlacatl, que debe haber documentación y la que deben buscar y, en caso que no haya la deben reconstruir.

Pues seis casos de esos once están resueltos, Pro Búsqueda hizo las exhumaciones en Arcatao (2019) y se encontraron las seis osamentas de los niños y con prueba genética contundente se determinó que eran ellos, tuvo una cobertura mediática nacional e internacional. Hasta la fecha, esos niños están ante la Fiscalía General de la República en calidad de desaparecidos, porque no han ido a retirar el informe de exhumaciones donde participó el equipo antropólogo forense argentino, Medicina Legal, la Comisión Nacional de Búsqueda estatal y nosotros.

Entonces hay un avance en jurisprudencia, pero no hay voluntad política de investigar a los responsables.

“El Estado fue sentenciado en 2005 por el caso de las hermanas Serrano Cruz a crear una Comisión Nacional de Búsqueda de Niños; la creó con un carácter humanitario, independiente del ejecutivo. Y a pesar de haber resuelto más de cien casos ninguno ha sido judicializado ni es del conocimiento de la fiscalía”.

Foto: Giuseppe Dezza

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos sentenció al Estado salvadoreño en 2005 por el caso de las hermanas Serrano Cruz y demandó la creación de una Comisión Nacional de Búsqueda de Niños para reparar a las víctimas.

¿Cuáles son las responsabilidades pendientes del Estado salvadoreño, sobre todo si comparamos nuestra realidad con Argentina donde el Estado ha asumido responsabilidades concretas con las víctimas de la dictadura?

Al igual que Argentina, nada de lo que se ha conseguido en este país ha sido porque ningún gobierno reconoció que así debía ser. Siempre ha sido a demanda y reclamo de las propias víctimas. Hay obstáculos a nivel de jurisprudencia internacional, son tres sentencias ante la Corte Interamericana y a nivel nacional.

El Estado fue sentenciado en 2005 por el caso de las hermanas Serrano Cruz a crear una Comisión Nacional de Búsqueda de Niños; la creó con un carácter humanitario, independiente del ejecutivo.

Y a pesar de haber resuelto más de cien casos ninguno ha sido judicializado ni es del conocimiento de la fiscalía.

Se pidió que se creara un banco de perfiles genéticos para buscar a niños y niñas que por su corta edad no se pueden identificar de otra manera. La Asamblea Legislativa creó ese banco solo para tener un registro de personas que están presas por delitos de violaciones sexuales. No en el espíritu que dijo la ley.

A nivel nacional nos ha costado cerca de 30 años que la Sala de lo Constitucional, que el Estado entendiera que Ley de Amnistía era inconstitucional porque prescribía y no judicializaba crímenes de lesa humanidad.

Y la Sala le mandaba a la Asamblea a crear en 2016 una Ley de Justicia Transicional para que se pudieran investigar y judicializar esos crímenes y que se asignara el presupuesto necesario para crear un área o una comisión especial en la fiscalía que diera seguimiento a estos casos.

Ahora tenemos una Ley de Justicia Transicional que fue aprobada en 2019, que no reunía las características y el presidente de turno, Nayib Bukele, vetó porque no correspondía con la sentencia de la Sala, porque prescribía los crímenes de lesa humanidad, limitaba la capacidad del Estado de sancionar a los responsables, etc. Pero su bancada, un año después, la mandó a archivo y está en un limbo jurídico.

*Las Abuelas de Plaza de Mayo lograron que el Estado argentino se hiciera cargo de la búsqueda de los niños y niñas robadas durante la dictadura (1976-1983), así como también de los desparecidos. Como resultado en 1987 se creó el Banco Nacional de Datos Genéticos.

En 1992 se creó la Comisión por el Derecho a la Identidad, el poder ejecutivo facilita la entrada de las muestras de sangre al banco nacional de datos genéticos. De manera sucesiva se crearon políticas públicas como las leyes reparatorias que reconocen la desaparición de las personas o el exilio forzado y distintas instancias que demuestran la persecución y la alteración de la vida de una persona a partir de la dictadura. Hasta ahora, se cuenta con muchos mecanismos que permiten avanzar en esa búsqueda.

El trabajo intenso de Pro Búsqueda empezó a dar resultados en 1994 cuando encontraron a los primeros cinco niños que fueron raptados por el ejército en la llamada “Guinda de Mayo”. Mucha de la información sigue clasificada en perjuicio de las víctimas que busca el rastro de sus hijos.

“A nivel nacional nos ha costado cerca de 30 años que la Sala de lo Constitucional, que el Estado entendiera que Ley de Amnistía era inconstitucional porque prescribía y no judicializaba crímenes de lesa humanidad”.

¿Y cuál es tu valoración de la propuesta de Ley transicional que está examinando la Comisión de Justicia y Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa?

Hay una propuesta de la Procuraduría de Derechos Humanos y otra de la sociedad civil, pero esta comisión empezó entrevistando a los victimarios y deslegitimando y atacando a las organizaciones sociales. La presidenta de esta comisión, Rebeca Santos, afirma que Pro Búsqueda es una organización de fachada, que ha revictimizado y se ha aprovechado de las víctimas y se ha lucrado de ellas.

*La iniciativa de Ley de Justicia Transicional surge como parte del cumplimiento del fallo de la Sala de lo Constitucional que, en julio de 2016 declaró inconstitucional la Ley de Amnistía General de 1983, la cual había impedido el juzgamiento de los crímenes más graves cometidos durante la guerra (1980-1992) en El Salvador. El objetivo es que la Ley que sea aprobada incluya los estándares internacionales y los parámetros constitucionales sobre verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición.

¿Crees que existen similitudes entre el pasado y el presente en términos de desapariciones forzadas?

Primero la forma en que se justifican las acciones del presente, mientras desaparecían niños y niñas y se daban estas atrocidades como las del Mozote, el Estado salvadoreño negaba que eso ocurría. Después empezó a minimizar esas acciones y por último terminó justificando.

Y eso mismo está pasando ahora, hay una campaña de persecución política, de captura indiscriminada de jóvenes en la que no presumen la inocencia y niegan que eso este pasando bajo el argumento que solo están capturando pandilleros.  Frente a más de 35 mil capturas durante el estado de excepción, el presidente de la república reconoce que hay un error del 1%, pero minimiza el impacto cuando las organizaciones están hablando de capturas ilegales y por último están justificando porque estamos en guerra contra las pandillas.

Son similitudes evidentes con el pasado, de eso se jactan los de Nuevas Ideas de decir que no tienen nada que ver con el conflicto armado, que no vivieron la guerra, que no tienen ningún interés, pero para ser cierto, están repitiendo muy bien todos esos procedimientos que pensamos que ya no se iban a repetir.

*Desde 1931, El Salvador ha sido gobernado por militares. Después de los Acuerdos de Paz, uno de los temas centrales de la incipiente democracia fue restar poder y protagonismo al ejército. Sin embargo, durante los 20 años que gobernó la derecha, los 10 que correspondieron a la izquierda y, el actual gobierno de Bukele, han establecido una relación estratégicamente cercana, de encubrimiento y de confianza con las Fuerzas Armadas. En pleno Siglo XXI, los gobiernos salvadoreños auto denominados democráticos han continuado utilizando al ejército como símbolo de protección y garantía para mantener el orden establecido y el poder.

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Foto

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La Comisión Nacional de Búsqueda de Niñas y Niños Desaparecidos durante el Conflicto Armado Interno de El Salvador fue creada en 2010 mediante decreto ejecutivo emitido durante la administración del expresidente Mauricio Funes.

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