Letras
Ilustración: Luis Galdámez
Septiembre 9, 2022
“Lo dejo llegar a mi boca, en ella se desliza, me habita con su aire nuevo, me seduce ese frío sabor que me invita a no pensar en la realidad matemática que me circunda, olvido los espacios y los tiempos, la relatividad también se esfuma y soy solo yo y él. Relajante atmósfera, cálida, seductora que me invita como un río a mojarme los pies, solo me habita el concepto de profundidad y queda su perfume en la memoria de los sentidos atrapado en el placer dadivoso de las espirales que giran en mi boca. Ya no recuerdo cuanto me asusta no saber las jugadas de apertura porque la aventura de este sabor que explota puede deletrearme entera y luego llegas vos a poner los puntos seguidos y los puntos finales”.
“Lo miro, lo deseo, lo deseo en mi boca, deshacerse levemente en el cielo de mi boca, en las 5 paredes adriáticas. Toca mis labios besa el lunar que en ellos habita, se posesiona de mis mejillas volcado a mí y yo a él, se estaciona en el movimiento de la lengua y se deshace y se deshace, en la bóveda palatina se aprieta deja su esencia para siempre y cierro los ojos para que se entregue al istmo de las fauces y se quede en mí para todos los tiempos con sus colores, sus olores y sus sabores, y me quede en él … y me quede en él para repetirlo todos los días cuando el calor de la piel y los recuerdos lo ansíen habitándome de nuevo, habitándole de nuevo. Y entonces lo miro, lo deseo, lo deseo en mi boca”.
“Me levanto con el sueño atrasado y el deseo de quedarme atrapada en él. Voy. Caliente, me lo sirvo, para que me queme la lengua y me despierte de una vez. Oscura como él con el aroma de los siglos, lo olfateo…me encanta, me encanta su oscuridad, su color de tierra profunda y ese sabor amargo que enloquece. Place en mi boca su liquidez hasta volverse cálida y sumisa. Ummmmmm, mi café”
“Todos los días me escribo, todos los días me leo, todos los días me busco, todos los días me esfumo, todos los días me verso”.
“Soy poesía como la hoja de maple que transforma el aire, una emoción que anda y se desborda a cada instante, los ojos que descifran el ritmo de las partículas del tiempo, el atrapar al instante la vida con su intensidad y la aventura de atrapar la palabra precisa en un segundo”.
“felino caminar eso es el verso en uno. Jugar con la lluvia y con las sombras, deletrear el universo con la sutileza de la música, contar las pausa y los tiempos. Habitar los silencios”.
“Aquí escribiendo versos, mirándolos, porque cuando uno va por las calles va escribiendo, cuando uno se toca el cabello está escribiendo, cuando uno huele una flor está escribiendo, cuando uno mira por la ventana está escribiendo. Uno es escritor, poeta, a tiempo completo, a cada instante, en todo momento”.
“Aquí estoy hilvanando los versos entre mis ojos y mi cabello, dejando jugar las rimas con mi columpio y mirando el mundo de reojo para convertirlo en poesía”.
“La poesía siempre camina con la música sobre la rima interna, a la espalda de la metáfora. La poesía siempre va descalza entre los jardines de las palabras”.
“Ser intenso, tejer cada segundo de cada dia, apreciar la naturaleza, ser pertinente al tiempo y al espacio y ser único, constante en el proceso creativo: enamorarse de lo que uno hace en la vida y trascender. Eso es existir”.
“Aprendí a mirarme cuando miraba el mar, viví diez años a cuadra y media de su orilla y me supe violenta como sus retumbos sobre las rocas, y también sutil como su caricia por la orilla que besa la arena y la arrastra, sé que tengo la magia de dejar caracolas a mi paso y de transformar los límites, que llevo rizos rebeldes y la poesía es el viento que me mueve”.
“La niñez es esa caricia permanente al pensamiento, un mundo maravilloso en el que uno se sabe parte del universo mirando las hormigas, caminando bajo la lluvia, disfrutando de los charcos, de las bicicletas, de los columpios y en mi vida siempre estuvieron a la par los libros con su magia”.
“Escribir es apasionante, escribir en la hoja en blanco, en los árboles, en las paredes, en el aire, escribir en la lluvia, escribir en la tierra, escribir en los pétalos de las flores, escribir en la arena, escribir sobre el agua, escribir sobre el tiempo, escribir en las manos de los seres queridos, escribir es apasionante, escribirse en la piel, escribir es mirarse hacia dentro, desnudarse, despeinarse. Escribir es apasionante”.
“A pesar del caos, el ruido y el desorden; mi tranquilidad y mi discernimiento siguen en su estilo zen: buscando la armonía y el equilibrio, así que el encanto y el humor están garantizados”.
“Aquí estoy ensimismada, ante mis otros yoes, con la poesía a trasluz, a contraluz. Transverseada por el tiempo diferencial y tangente a la metáfora conceptual, en la sencillez tan abstracta como la música a colores de kandinsky jugando a mirarme, a huirme porque no me gustan los espejos, pero me miro con
profundidad en los versos, y en los ojos de aquellos que amo y me aman”.
“Leer es una fascinación que empecé a disfrutar desde los 8 años, leer los libros, los paisajes, los rostros, las palabras, los gestos… luego uno va por la vida haciendo casi en todo momento análisis de los discursos, siempre interpretando, deduciendo, analizando y el entorno se vuelve distinto, esto te lleva también a escribir nuevos mundos. A potenciar la memoria analítica a tener un constante
diálogo de saberes, a reflexionar, a aprender el valor de los silencios, a sentir el ritmo de los vientos, a descifrar las lluvias”.
Rosarlin Hernández
Foto
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