Letras

Ilustración: Luis Galdámez

Soledad Altamirano Murillo

(Honduras) Licenciada en Literatura y posteriormente obtuvo una Maestría en Literatura Centroamericana. Su obra ha sido incluida en las antologías “Poetas del Mundo” por Lina Zerón, de México y “Al filo del deseo (poesía erótica)” por Socorro y Marissa Trejo, de México. Participó en 2004 en las Jornadas de Literatura Centroamericana en Toluca y en 2006  en el Coloquio de Literatura Hondureña en Guatemala. Actualmente es docente en la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán.

Enero 27, 2023

Ten paciencia

Ten paciencia

un día de éstos

te daré la libertad

de tiritar entre mis hojas

de ver cómo tus veleros

despuntas los jeroglíficos

de mis ocasos.

 

Atravesarás la penumbra

que gira bajo las piedras

y los montes incendiarán

las lluvias que se fueron

de mis dedos.

 

Entonces

la luna ofrendará

sus contornos a tu sangre.

Tu llegada

Llegaste
con todo el color

de la aurora despierta;

de espaldas al prejuicio

y a solas conmigo

tejiste mi cuerpo de luz,

lo poblaste de polen

y le diste un puñado

de tu mar.

 

Llegaste a mi vida

acortando distancias

un día de abril.

 

Yo te otorgué todo:

tierra, océanos,

corrientes de aire

y estaciones.

Rosicler

(A mi madre, por haberme enseñado a amar la poesía)

En las noches,

los relámpagos somnolientos

dejan esparcidas luciérnagas

que me regalan su luz.

Mientras las manos

de mi madre,

como pequeñas

musas de la aurora,hilvanan estrellas

en mis cabellos.

No te busqué

No te busqué

en las vetas gastadas del tiempo

Ni te grité en las voces

delgadas de los hombres.

Camine largas noches

Ahuecando las horas

con mis pasos

y no te encontré

por los hondos abismos.

Tan cerca de mi estabas,

que el roce de mi sueño

con tu dolor herías.

Te llevaba en el alma,

tallado en un poema.

Y un enorme dolor

me comenzó

a latir con tu llegada.

A qué le tienes miedo

A qué le tienes miedo.

A mi cuerpo de bailarina,

a mi mirada lasciva,

a mis labios.

Solamente quiero

Acariciar la tez

de tus ardores

y musitar

tiernas palabras

en el membrillo

de tu piel.

Hoy

Hoy

que me siento rota

como ola en el acantilado,

tu ausencia

es una sombra

que no se va con la noche.

No sé porque

reclamo

la tibieza de tus brazos,

si ya entendí

que me expulsaste de tu piel.

Aquí reinará tu recuerdo.

He de olvidar tu recuerdo

que me fragmenta en gotas.

Olvidaré que quise

que naufragaras

en mi vientre 

No siempre hay tanta suerte.

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