Letras

Ilustración: Luis Galdámez

Ramiro Guevara

(El Salvador, 1997). Comunicador social, divulgador cultural y escritor. Realizó sus estudios universitarios en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA). Estudió dramaturgia con la ganadora del Premio Casa de Las Américas, Jorgelina Cerritos. Ha publicado ensayos, columnas de opinión, entrevistas, críticas literarias y cinematográficas en medios como La Prensa Gráfica (LPG), revista Gato Encerrado, Grafomaniacos, Informativo In Tempo, El Escarabajo y revista Letra Capciosa. Forma parte de la antología de poesía contemporánea Torre de Babel (2015), del autor Vladimir Amaya. Obtuvo una mención honorífica en la convocatoria internacional de la editorial independiente Nueve Editores de Colombia en el año 2021. Conduce el podcast Cine Paréntesis y actualmente es miembro del equipo de Estrategias de comunicación en el periódico digital El Faro.

Febrero 24, 2023

País sin nombre

He crecido en un país sin nombre

un país ojeroso, sonámbulo y bastardo

He caminado en su superficie: un sol ardiente.

Mis pies tienen llagas. Están calcinados como los corazones de quienes han habitado

Mis lágrimas.

Generaciones enteras de animales que se comen sin piedad ni azoro

He crecido en un país con la esperanza a medias.

A media asta. A medio camino entre el cadáver y la carroña.

He crecido cediéndole tiempo

al hartazgo y a la locura luminosa de nuestra era.

He crecido perdiendo batallas

Y ganando historias.

He crecido con la espalda al aire,

pensando que si un día

este país me derrota,

Al menos el amor habrá

Triunfado

En el exilio o en las arenas del mar,

Pero extrañándote,

Acariciándote desde el sueño,

Desde la región más profunda de la noche

El amor habrá triunfado.

Parto

La noche profunda dilata sus paredes de estrellas

Yo cuento obsesivamente las horas

que gotean luminosas entre

monstruos y nombres

La noche se sumerge en la lógica del agua oscura

busca con sus garras la noción de

una mañana que se tensa en un hilo

por el que algunos escarabajos

hacen equilibrio

El gato observa fijo, con sus ojos de zafiro,

cómo esa noche,

cómo esa vida se desangra en risas y fiestas,

en encuentros y pérdidas

en regaños y baños de burbujas

en desnudos que de inmediato se visten

La noche se queja,

le duele el vientre,

se retuerce a través de sus nebulosas

La noche palpita

La noche conjura

La noche se diluye

como maquillaje en

un rostro que llora

El rostro de la Magdalena

El rostro de la roca esculpida por el tiempo

El rostro reflejado en el charco de lava

a los pies del volcán

La noche transpira y aúlla, se lamenta,

dice:

“Vení, ayudame,

vení, salvame,

vení,

me quiebro,

vení,

me deshago,

vení,

me pierdo,

vení,

estoy a punto de parir. Voy a nacer”.

Testigo

Ayer vi a dos canguros enamorados

darse cita a la hora del crepúsculo,

ayer vi cómo el polo norte recuperaba

sus tundras

y la antigua Atlántida emergía del mar

Ayer vi meteoritos caer

bajo una lluvia

de arcoíris perpetuo,

vi cómo el concreto se volvía

césped

y las balas puntos de colores

Ayer vi a un robot

firmar un acuerdo de paz,

también vi a los exiliados regresar a sus casas

y esas casas

se volvían jardines

y en esos jardines crecían

las flores del desierto

Vi cómo los asesinos de mártires se volvían poetas,

y también cómo se extinguió

la idea primigenia de la guerra,

Lo vi todo. Tornados submarinos,

astronautas y dragones,

la grieta del mundo, el accidente geológico que

le dio origen a todo.

Ayer vi cómo se inventaba la cura

del hambre

y vi la resurrección del pájaro dodo,

presencié el momento en que los políticos corruptos del trópico entregaron

todas sus riquezas a los pobres

Vi al náufrago avistar a un faro,

y a los Beatles publicar la canción

del reencuentro

Ayer los embotellamientos se abolieron

y los abrazos se decretaron moneda universal

Ayer no había fantasma que vagaba perdido

ni migrante perseguido

por nadie,

ni tristeza bana en una

dictadura de sonrisas.

Ayer no vi pájaros sin alas ni libros quemados,

ni cartas perdidas

ni besos ausentes

ni amores condenados al despropósito

Ayer te vi

y la humanidad

jamás volvió a ser la misma.

©Derechos Reservados 2022-23 ESPACIO COMUNICACIONES, LLC