Letras

Ilustración: Luis Galdámez

Dimas Castellón. Orígenes, paisajes y miserias

Diciembre 1, 2023

Dimas de Jesús Castellón García, nació el 23 de agosto de 1956 en Olomega, departamento de La Unión. Estudió teatro en el Centro Nacional de Artes, CENAR. 

Actor, mimo, titiritero, dramaturgo, poeta, cantautor y pedagogo teatral. Desde 1978 ha dedicado su vida a las artes escénicas. Se ha desenvuelto como maestro de teatro en diferentes Centros educativos y universidades. Ha participado en Festivales Internacionales en Centroamérica, Colombia, Venezuela y España. Dimas es cofundador del Movimiento de la Cultura y de la Asociación de Trabajadores del Arte y de la Cultura, ASTAC, Teatro Maíz y Teatro Bululú. Procede de una familia de agricultores y pescadores. 

Su valioso aporte a la Cultura Salvadoreña le ha merecido reconocimientos importantes. En 1976, la Unión General de Artistas Salvadoreños, lo eligió “Promesa y talento joven en la rama de teatro”. En 2019, el 27 de marzo, día mundial del teatro, la Secretaría de Arte y Cultura de El Salvador le otorgó un reconocimiento y el 19 de marzo la Asamblea Legislativa de El Salvador. 

En la actualidad, continúa su incansable labor creativa y facilita consultorías con enfoque de derechos humanos de la niñez y la adolescencia. 

A corto plazo proyecta publicar dos poemarios inéditos: Luz y sombra de una espaciosa nave y Orígenes paisajes y miserias. En el área de producción musical, está por realizar su primera grabación de canciones originales de la nueva trova salvadoreña que llevará por nombre Canción para comenzar. En ella ofrece  una antología de composiciones de su autoría, que datan desde 1976 a la fecha.

I

Soy

Soy castillo de pobre, sueño panadero,

pluma de jade alrededor del sol.

soy calendario maya que me guía

en el silencio más tierno de las noches.

Soy el canto del cenzontle de los abuelos,

                     ruda, flor viva de la montaña

soy tierra, olor del primer invierno, cantar de pájaros tristes

multiplicado en el silbido de mis lanzas de cristal.

Soy alfarero, recogiendo el barro de los míos

                     que cayeron surcando las estrellas

                     para sembrar las flores más hermosas

                     de hermosa y olorosa paz que no ha llegado;

                     porque hoy, hay más cadenas que nos atan

                     sumando a los traidores.

Alfarero de sueños soy, y los golpes de todos los que sufren

van moldeando mi destino, para mi vasija de barro;

mi hogar de silencios bajo la tierra.

Soy barca azul en un naufragio

                      azul pena de todos en mi pecho,

                      un epígrafe sin nombre

                      sin luz ni sombra mis adentros,

                      vacío,

                      completamente solo como la sombra de Dios.

Soy caminante y me cobijo de ternura nocturna,

con vino amargo como el canto de los esclavos

que al son del látigo, sed y hambre

levantaron pirámides majestuosas.

Soy cinco siglos de llantos en la sangre,

sol eterno de mis muertos

y me bastan, por ahora, las estrellas.

XXIV

Oh, patria garroteada siempre

¡Oh, patria garroteada siempre, olvidada!

Quisiera ser Dios para liberarte

pero soy tu diminuta semejanza

estrella roja de los ausentes

que alimentan esta angustia

incrustada en el arado de las constelaciones

mientras camino, mientras canto al corazón de oprimido.

¡Oh, patria garroteada siempre!

Mañana nuestro puño azul será como tu cielo

y mi corazón abierto al horizonte cantará.

XXII

Al desaparecido titiritero “Roberto Franco”

El vals de esta soledad  se está acabando

y nos espera una sonata de tambores.

el espíritu angustioso de los pobres

será canción de bienaventuranza

El vals de nuestra soledad se está acabando

como la luz de los candiles en las montañas

para convertirse en millones de antorchas libertarias.

Compañero Roberto Franco, hoy brotan de mi corazón las palabras,

cuando veo crecer el maíz con lluvia escasa.

Ciertamente que he sufrido como todo el que sufre,

pero no estoy hastiado de ese encanto.

Hoy la soledad es mi alimento

y mañana sonreiré a las estrellas,

oh, bellos ojos de quienes se fueron para siempre

en tu Aurora que jamás vieron.

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