Letras

Ilustración: Luis Galdámez

Martha Arias

(El Salvador, 1960) Poeta, escritora y editora. Nació en San Julián, departamento de Sonsonate, el 18  de octubre. Pertenece al Círculo de Escritores de Sonsonate y a la Asociación de Arte Popular  “Kuskatan”. Graduada como Maestra de Educación Básica, Profesora de Letras,  Licenciada en Ciencias de la Educación y Máster en Educación y Docencia  Universitaria. Muy reconocida por su trayectoria como escritora de textos educativos de  Lenguaje y Literatura para Bachillerato y Tercer Ciclo de Educación Básica bajo el  sello editorial EDIMAR. Su producción literaria la inicia con la publicación de su poemario Prontuario de  mí (2016), a la cual le suceden la publicación de la colección del tríptico infantil de Tres por tres Poecuentos para leer contentos (2019); los poemarios Señal de Rebeldía, (2019) y Del amor en dos hemisferios (2022) este último en coautoría  con Nelly Minck, poeta y escritora paraguaya. Ha publicado también algunos  artículos de estudios literarios en el periódico Co-Latino. Actualmente está  preparando su próximo poemario que espera publicar en mayo del presente año, a  la vez que se ocupa como editora, asesora y escritora de la editorial EDIMAR.

Marzo 24, 2023

Mentiras

Por si un día de estos
me ven con el ánimo apagado
o notan en mis ojos el hastío peculiar de quien lo ha visto todo y nada espera
Acallen su murmuro
suavicen el impacto del reproche
controlen este impulso de convertirme en nada
procuren que se vayan mis enojos
tómenme de la mano
háblenme quedamente
díganme unas mentiras:
Que todo es normal
que nada malo pasa
que solo son mis miedos imaginarios los que hoy me atolondran
que esta verdad es ficción y viceversa.
Y díganme más mentiras…
¡Qué importa que el mundo se está desbaratando!

Mi pueblo

Mi pueblo que de tan viejo trae los dientes en la mano como escudo de olvido que
se escapó de la cárcel sin solución del invento

Mi pueblo que de hambre vive, y en las tardes ya no van esos perros escuálidos a
lamerle sus llagas

Mi pueblo huérfano de memoria solo tiene una lagrima gigante escondida en su
mano para matar a orillas del destierro

Mi pueblo liviano y quebradizo vaga tras la calle de la muchacha sin ley que la
vuelve a dejar a la hora del viento que le vino ayer

Mi pueblo soñador detestable va quemando las nubes para dejar tendidos sus harapos
sobre un montón de escombros de asquerosas verdades

Mi pueblo llorón y triste como el hipo de un cometa a las diez de la mañana sin niño
y sin historia

Mi pueblo, luz de persiana entrecerrada, limpia su cara de incredulidad anticipada
para saciar su lunes postrero

Mi pueblo enamorado del tedio que sorbe en la necedad de los inviernos no
aprobados

Mi pueblo malcriado ha hecho fila en el despeñadero más leal y miserable para juntar
las lunas en el menor descuido

Mi pueblo despierto cambia el amor por sal y la suelta en el aire en burbujas de un
metro de mantequilla, ahí en la piedra

Mi pueblo dominguero y sabio esconde el anillo escóndelo bien para que dos por
dos no sean dos que se quieren mal

Mi pueblo vividor quiere ser pueblo, aunque no tenga escapatoria, ni franquicia para
su último discurso de demencia otorgado en el temido duelo de los muertos

Mi pueblo, andante en el marketing, ruega por el contagio consciente del golpe con
la música del movimiento del ángulo, en la red de la escena tirada a la alternativa de
sí mismo

Mi pueblo, dibujado a tempranas ganas de comer, sin garantía del mundo que inicia
con youtubers en la plataforma pigmentada gracias al concreto mes posible

Mi pueblo con la inteligencia parada en la terminación redonda del prisma, que
choca las cargas gamma de la historia con la felicidad jugada en la catástrofe

Un poema a la noche…

Un poema a la noche no quedará completo
sin revelar la pausa de la historia entre nosotros

La noche no espera indecisiones,
el desaplomo no es su carta de presentación
No concuerda la noche con la pesadilla de tu inconsistencia

No germina el poema mientras estés
callado
distante
ahogado el deseo
No se erige una estatua en tierra firme

No se queda la noche a distender su misterio
Oscuridad
sueños
pasiones…
no bastarán

La noche
ella cumple su ciclo y no regresa

Vida de obrero

Salir a oscuras y regresar a oscuras
(como si fuera clandestina la pobreza).
Esperar largo rato en las paradas
el bus se va directo rebalsando de gente.
Después del susto de ayer
después de la balacera
pocas unidades van hoy a trabajar.

Caminar siete cuadras hasta el punto
y a costa de empujones
tomar el próximo que sale
quedarse en el estribo
la puerta apenas cierra
¡y todavía suben más!
Primer suplicio de la jornada.

Vida de obreros
marcar la hora con retraso
atenerse al descuento del salario
por tardista e irresponsable.

Vida de obreros
¡olvidar hasta el almuerzo!
escuchar los insultos de los jefes
y agachar la cabeza:
¡El empleo tan escaso
que hay que dar gracias a Dios porque se tiene!

Vida de obreros
a las siete
salir corriendo hacia la casa
y de nuevo el problema de los buses
recoger a los hijos
depositados en casa de la abuela.

Vida de obreros
salir a oscuras
regresar a oscuras
seguir a oscuras
en el largo callejón de la desgracia.

Aquí en mi corazón…

Aquí en mi corazón vos sos el mismo:

Sos huella disipada en el espejo
tras el vaho impetuoso de tu cuerpo.
Sos la foto del niño
que jugaba palpando su inocencia en solitario.
Sos pregunta y deseo…
La diminuta duda, perdida en una lágrima.
El café que se bebe sorbo a sorbo
casi instintivamente,
mientras llega el olvido
cuajado en un suspiro delatante.
Los pasos que se enredan por la tarde
en la ciudad cundida por pregones y males.
Sos la denuncia a tiempo:
Una ofrenda de versos por los justos.
Evocación de exilios y ternuras.
Un repentino viaje
con la canción de Amaury o Caetano.
Metáfora desbordada
y desviada
como el ojo de Sartre.
Sos relato de hazañas clandestinas…
Un poema en la noche, atravesando el río
Un hito en la memoria colectiva
Sos la complicidad adivinada
Sos aviso del cielo

Sos la palabra envuelta en la esperanza.
Aquí en mi corazón vos sos el mismo.

La transparencia

En el amor la transparencia espero
y nunca resolver deudas ajenas
tampoco me apetecen las cadenas
antes de atarme, he de morir primero

Pero mi corazón es traicionero
por más que trate de evitar las penas
se mezclan con la sangre de mis venas
mil ilusiones que nombrar no quiero.

Inquieto corazón, no admites freno
no temes al amar salir herido
sé cauto, sé sagaz, sé desconfiado

Podría haber junto al amor veneno
plúmbicas flechas tiene el dios Cupido
¡y morirás de amor, envenenado!

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