Entrevista

Rafael Latin en El LLanito, Izalco, en la conferencia de prensa durante la conmemoración de la masacre del 1932.

Tata Rafael Latin:

«Un país sin historia es un país hasta cierto punto muerto»

Texto y fotografías: Giuseppe Dezza

Diciembre 15, 2023

Los pueblos originarios han sido históricamente despojados de sus bienes espirituales y materiales, aniquilados mediante masacres y persecución. El Tata Rafael Latin, principal de la comunidad indígena de Izalco, conversa a profundidad sobre la problemática de los pueblos originarios y sus luchas ancestrales, su visión de la espiritualidad y las conquistas que está seguro lograrán trabajando unidos en toda Centroamérica.

El jueves 23 de noviembre, Revista Espacio se encontró en la localidad conocida como El Llanito, en Izalco, con el Tata Rafael Latin, un respetable representante de los pueblos originarios en la región de Los Izalcos. Insistimos en que el inicio de la entrevista se diera allí: un lugar de trascendencia histórica para los pueblos originarios ya que este lugar es una enorme fosa común donde están sepultados centenares de indígenas de los quizás 30 000 o 35 000 asesinados en el levantamiento campesino de 1932. 

En el parqueo ubicado en El Llanito, me bajo del vehículo para darme cuenta de que estoy enfrente de un salón de belleza donde pintan cabellos y hacen manicuras, a veinte metros de distancia de donde dicen que con las lluvias todavía salen huesos de las víctimas.

Don Rafel llegó puntual con su distintivo sombrero y su mirada firme, nos saludamos y tuvimos que ir a una oficina de la parroquia a pedir que nos abrieran el portoncito de acceso. Qué inicio más irónico, pensé, que don Rafael tenga que pedir permiso para entrar a este lugar histórico y sagrado para los pueblos originarios. 

Buenas tardes. ¿Nos puede decir cómo se llama usted, quién es y dónde estamos en este momento?

Bueno tengan todos muy buenas tardes. Primeramente, darle gracias al creador de que estemos aquí este día. Mi nombre es Mateo Rafael Latin. Soy principal de la comunidad indígena de Izalco. Recién fui alcalde del Común por tres períodos consecutivos. Este es el primer año que me aparté de ese cargo y asumo el cargo de principal, un cargo que la comunidad me lo acredita ya para todo el resto de mi vida.

¿Podría explicarnos físicamente en dónde estamos parados en este momento?

Estamos en un lugar que para nosotros, como pueblo, como comunidad originaria guarda un historial muy grande que, en el fondo, pues hasta duele hacer ese recordatorio. Estamos en un lugar que para nosotros merece mucho respeto: estamos en El Llanito, que para nuestros ancestros, en aquella época, fue un centro ceremonial. Cuando llegan los conquistadores montan un local que lo usan como iglesia, pero, en el fondo, la mayor parte de nuestra gente que conoce nuestra historia, saben que aquí, en este llanito, lo ocuparon en 1932 para enterrar… no me puedo dar el lujo de decir cuántos, porque no se sabe, pero lo que sí sé es que enterraron miles de hermanos, miles de nuestros abuelos, de nuestros parientes. 

Nuestra familia está enterrada aquí donde estamos, por eso es que para nosotros este lugar es sagrado. Lo vemos como un cementerio, como algo así, pero en el fondo sabemos que es nuestra tierra, tierra que desgraciadamente está bañada de sangre porque no fue simplemente que los enterraran, porque aquí me atrevo a decirle que enterraron a muchos vivos. Son palabras que mi papá me expresaba, pues mi papá vivía en esa época a cuadra y media de aquí, él tenía 27 años en esa época. El vivió la experiencia en carne propia y él nos especificaba y nos contaba cómo es que habían enterrado a mucha gente viva aquí, en este llanito.

«El sistema que estamos viviendo ahorita es para nosotros un sistema opresor, pues nuestras leyes están todas en contra de nosotros, de nuestros principios, nuestros derechos».

Para nosotros, incluso yo, en lo personal, lamento el hecho de que cada día se vaya irrespetando este lugar, un lugar que, para empezar, está declarado como patrimonio y veo que cada día le van construyendo un montón de cosas, porque las leyes que nos vienen imponiendo nos mantienen hasta cierto punto atados de pies y manos, donde no podemos expresar absolutamente nada porque ya es cosa de que lo van a encarcelar a uno, y si es posible ya no va a salir de esa cárcel.

No nos ha quedado otra alternativa que quedarnos callados, pero no es porque no sintamos, no es porque no nos demos cuenta, sino que sinceramente el sistema que estamos viviendo ahorita es para nosotros un sistema opresor, pues nuestras leyes están todas en contra de nosotros, de nuestros principios, de nuestros derechos. Eso es lo que tenemos ahorita.

Cuéntenos qué es CACTI, cuándo nace y por qué.

Mire, CACTI es el Consejo Ancestral de los Comunes de los Territorios Indígenas.En esa época todavía yo estaba como alcalde del Común y vimos la debilidad de que la Alcaldía del Común, a pesar de tener mucho derecho, porque la Alcaldía del común es la única organización que existe en el país que data desde la época de la colonia y que está completamente legalizada, no simplemente aquí en Izalco ni simplemente en el país, sino que a nivel internacional, pues en la ONU está reconocida, en los archivos de España y de Guatemala está reconocida, y es la única que viene desde la época de la colonia o sea que cuando los españoles llegan a estos territorios ya la alcaldía del Común existía.

Solo que existía con otro nombre, que no me recuerdo directamente, pero lo que sí sabemos positivamente es que ya existía. 

Entonces, cuando los conquistadores llegan en 1524 a este territorio, aquí hay una lucha seria, una lucha donde nuestros ancestros se dieron el lujo de no arrodillarse ante los invasores y así fue como se da una lucha desde 1524 hasta 1541, para que en el 41 empezaran los diálogos, y resultado del diálogo nace al menos el nombre de Alcaldía del Común en 1549. 

Pero el Estado, el Gobierno, desde esa época, jamás le ha dado ese derecho que como

Gobierno ancestral tiene la Alcaldía del Común. Entonces, necesariamente, nosotros vimos que simplemente como Alcaldía del Común no teníamos la fuerza necesaria para reclamar nuestros derechos. Fue así que… ¿por qué no decirlo? Era de pedir auxilio a las demás comunidades y dijimos: «Organicémonos en grande», y nació la idea de formar un consejo que, en esa época, quiero decirles que no hablábamos ni de consejo, porque el nombre de «consejo» nace ya en el camino. 

Hablábamos de federación, hablábamos de un montón de temas que tuvimos y es así como convocamos, y el 9 de agosto del 2022, aquí mismo en El Llanito, se funda el Consejo Ancestral de los Comunes de los Territorios Indígenas del país, aquí nace CACTI. ¿Y por qué nace? Pues porque vimos como el Estado y Gobierno nos ha logrado dividir en todos los campos para poder seguir manoseando nuestra herencia cultural que dejaron nuestros ancestros y, de esa forma, nunca se han podido hacer valer nuestros derechos, primeramente.

Y segundo, por necesidad, porque tenemos todo el derecho; y tercero, es una herencia cultural que lastimosamente los Estados y Gobiernos jamás han querido voltear a ver… Será por ignorantes, será porque no le dan importancia, no sé ni qué es lo que piensan, porque un país sin historia es un país hasta cierto punto muerto y eso es lo que nosotros vemos que no podemos permitir de ninguna manera, que se pierda nuestra herencia cultural que dejaron nuestros ancestros. 

Por eso nace CACTI. Y quiero decirle que, gracias al creador y gracias a los hermanos que escucharon la voz, ese llamado que hace la Alcaldía del Común en esa época… Quiero decirle que ahorita, pues sí, ya hay organizaciones en Tacuba, Ahuachapán, Sonsonate, que son las más fuertes, pero tenemos en Santa Ana, tenemos en Chalchuapa, en San Salvador, en Panchimalco, allá en los Lencas, en Usulután, en la Unión, o sea que casi en todo el territorio, que no están como pretendemos o queremos o deberíamos de estar, es muy cierto, pero sí vamos caminando y por eso creo que algún día va a ser posible, en realidad, poder conquistar nuestros derechos.

«Ellos creen que nuestra población está dormida, no se han dado cuenta de que nuestra población también ya despertó, que ya no somos los mismos que ellos están creyendo».

Mientras nuestra población se está muriendo de hambre, ellos se dan el lujo de hacer grandes festivales donde en el fondo lo único que hacen es aventar el dinero, y no les importa que la propaganda que están haciendo engañe. Ellos creen que nuestra población está dormida, no se han dado cuenta de que nuestra población también ya despertó, que ya no somos los mismos que ellos están creyendo. Claro, se nos han logrado montar, eso no lo podemos negar, pero también sabemos que algún día esas cadenas se tienen que romper porque la herencia cultural va en avanzada hacia la recuperación. 

También comentarle que después del 9 de agosto de 2022 que se funda el CACTI, también el 21 de enero de este año que estamos viviendo, 2023, logramos tener un encuentro a nivel de Centroamérica y también en el terreno o sea en la sede de la Alcaldía del Común. Allí nace el Consejo Centroamericano también, que por cierto fue una iniciativa del Consejo Nacional de Honduras, que traían ellos una carta y nos pedían esa idea. Y sí, la hicimos, le pusimos mucha atención y vimos que en el fondo ellos están hablando de la unificación de Centroamérica y no podíamos perder la oportunidad. Así nace el Consejo Regional Centroamericano, eso es lo que también estamos trabajando con ellos, aún no tenemos una gran fuerza, pero sí estamos construyéndolo, y eso es lo más importante, que no nos hemos detenido, vamos en el camino. Ya tuvimos el primer encuentro en Honduras y hoy para diciembre estamos preparando el otro encuentro que será en Nicaragua, posiblemente el 5 o 6 de diciembre, y ahí estará CACTI.

¿A nivel nacional cuando se habla de trabajo, reivindicaciones y luchas, por ejemplo, el caso de Sensunapan, ¿ustedes están involucrados en esas actividades?

Como CACTI nace con una visión no simplemente de Izalco sino como un pueblo nacional, y como la Alcaldía del Común no simplemente representa Izalco sino que representa la región de los Izalcos, pues abarcamos todo este territorio, lo cual quiero decirle que no simplemente se ha hecho hoy como Consejo, sino que desde antes, como Alcaldía del Común, ya estábamos involucrados, porque vemos cómo el sistema y el Gobierno siguen destruyendo nuestros mantos acuíferos, no les importan nuestros altares, no les importa absolutamente nada, pues ustedes pueden ser testigos: empezaron destruyéndonos Tacuzcalco, donde hubo una lucha donde, en el fondo, han querido comprarnos a nosotros. 

En ese sentido sí quiero decirle que, en lo personal, he sido fiel a esos principios heredados por mi padre, que por nada del mundo nos vamos a vender, no importa que sea lo más preciado en dinero o hablemos de oro por último, eso no nos interesa absolutamente nada porque para nosotros ese «buen vivir», que en muchas oportunidades lo han ocupado políticamente, en el caso de nosotros no tiene nada que ver ese campo de lo material, sino que nuestra visión es vivir en armonía con la naturaleza, porque viviendo en armonía con la naturaleza pues automáticamente vamos a vivir en armonía con todo mundo y vamos a disfrutar de la vida.

Rafael Latin en El LLanito, Izalco.

«Le estamos diciendo al Gobierno y al Estado salvadoreño que vamos a luchar hasta las últimas consecuencias para que esa presa no se dé».

Lo que ahorita estamos viviendo deja mucho que desear. Cuando vemos esa pobreza extrema que está viviendo la gente. Lamentamos el hecho de que estén necios de construir la octava presa en el río Sensunapán, cuando en el fondo ya tienen siete y esta otra pues automáticamente secaría como cuatro kilómetros del caudal del río para que cuando regrese ya regrese nuestra agua toda envenenada, que ya no nos sirve absolutamente de nada. 

Entonces, nuestra lucha ahorita es retomar, como CACTI, este tema, junto con las comunidades de Nahuizalco. Ahí estamos caminando a la par, porque sí, le estamos diciendo al Gobierno y al Estado salvadoreño que vamos a luchar hasta las últimas consecuencias para que esa presa no se dé.

Usted mencionaba algo muy importante que poco se conoce y poco se habla. ¿Podría explicarnos cuál es la visión de ustedes sobre la espiritualidad?

Para nosotros como herencia cultural que nos dejaron nuestros ancestros no tiene absolutamente nada que ver con la religión, y no estoy hablando de equis religión, sino que generalizando, porque en el fondo las religiones, para nosotros, en el fondo no las necesitamos, porque la espiritualidad heredada del padre es una espiritualidad donde lo primeritito es el amor conmigo mismo para poder compartir con los demás. 

Si no tengo amor para mí mismo, mucho menos puedo tener amor para el prójimo. Entonces necesariamente, para nosotros, esa parte espiritual heredada es la práctica, o sea que nosotros hablamos poquito pero lo que tratamos de hacer es lo más importante, porque de nada sirve que estemos hablando de un montón de cosas y hasta ahí nos quedamos. 

Es ver en la práctica cuando aquella persona no tiene qué comer. Si me toca hasta aguantar hambre con ella, pues debo hacerlo, eso es parte de la espiritualidad que a nosotros nos dejaron nuestros abuelos y abuelas, porque de esa manera el creador también está viendo las necesidades de cada uno de nosotros y nos va echando la mano. 

Por eso es que le hablaba del «buen vivir», porque el buen vivir para nosotros no es ese de andar en carro, no se trata de nada de eso. Un buen vivir en armonía con la naturaleza, con esos animalitos, porque todo ser viviente no está por gusto, entonces cuando cuidamos, nos cuidamos a nosotros mismos. Por ejemplo los árboles, ellos tienen vida, pero la verdad es que la mayor parte de nuestra población no lo hace, porque como no tenemos un sistema educativo donde nos enseñen los principios que pueden hacer posible que vivamos en armonía, donde se enseñe la satisfacción de compartir, por eso es que cuando nosotros estamos dentro de la comunidad ustedes pueden ver cómo es el compartir, y no nos importa de dónde viene el color, la raza, no estamos viendo absolutamente nada de eso, sino ese amor que tratamos de dar. 

No me importa cómo me vean los demás, porque me pueden ver como les de la santa gana, eso no me interesa a mí, me tiene sin cuidado. Yo soy el que tengo que verlos desde la espiritualidad práctica que nos enseñaron nuestros abuelos y abuelas porque la satisfacción es mía y ese es uno de los principios que tenemos en nuestra espiritualidad.

«Cómo es posible que haya gente aquí que tenga que desayunar y almorzar con un pedazo de tortilla y un pedacito de limón».

Si hablamos de religión, yo a veces me pregunto por qué hablan de amor si por último quizás no saben ni qué significa esa palabra. Amor para nosotros es algo que, en realidad, se debe demostrar en la práctica, quitarle el hambre a aquel que está muriendo de hambre. Porque mire, aquí dentro de la comunidad, y esto es lo que nos duele a nosotros, que los que gobiernan, y no estoy hablando de colores políticos ni me interesa, sino simplemente ver la realidad de lo que vivimos: cómo es posible que haya gente aquí que tenga que desayunar y almorzar con un pedazo de tortilla y un pedacito de limón y ver todas esas injusticias y por allá se están gastando los dineros y no les importa, no voltean a ver absolutamente nada. Entonces, nuestra espiritualidad va enfocada en la práctica, vivirla directamente, y vivirla con ellos, porque solo estarlos viendo pues entonces sale peor, sin hacer nada, entonces ver qué podemos hacer por ellos. 

Esa es nuestra espiritualidad y eso es lo que nos está llevando a que creamos, porque cada vez que actuamos de esa manera vemos el resultado. Yo a usted le he comentado cómo se han venido dando muchas cosas mientras yo he estado aquí, ver cómo van cayendo las cosas del cielo, porque así las he vivido en la práctica de estos principios, entonces necesariamente eso es lo que nosotros vemos cómo espiritualidad.

¿Por qué cree que a los gobiernos, sin hablar de ningún color específico, no les ha interesado velar por los derechos de los pueblos originarios?

Mire, hay muchas cosas por las cuales a los gobiernos no les interesa. Si profundizamos un poco más, en la práctica, acordémonos que este es un proceso que viene desde que llegaron los españoles. Pero vayamos a lo más cercano. ¿Ahorita cuál es uno de los problemas? Acordémonos por qué se dieron los sucesos del 32. Pero si retrocedemos un poquito más, nos damos cuenta de que, cuando hablaron de una reforma agraria en 1881-82, fue al revés la reforma agraria, porque las tierras se las entregaron a los terratenientes de ahora y, a partir de ahí, hicieron lo que les dio la santa gana con nuestra población que, en 1932, cansados, se sublevaron, y los terratenientes y Gobierno respondieron con la gran masacre. Murieron miles y miles, pues según los datos que tenemos murieron entre 30 a 35,000 personas, algo que jamás han querido hacer una investigación seria, como en realidad hay necesidad de hacer, que algún día van a tener que hacerla, eso sí, seguro. 

En ese 1932, como ya venía desde 1882, para el 32 nuestra población ya estaba sumida en la miseria, ya había hambre, había hambruna más que todo, y en 1932 acabaron de sumergir en la desgracia a nuestra población. Fue entonces que, aprovechándose de la necesidad de la gente por un almuerzo, le quitaron las tierras, y aquí no les importó nada. Nosotros sabemos perfectamente, con nombre y apellido le puedo decir, las tierras que le pertenecen a nuestra gente, que por un par de tortillas les entregaron las escrituras. «Porque si no te mueres de hambre», y se las tuvieron que dar. 

Nosotros creemos, al menos yo así lo creo, que es por eso que no quieren restablecer y respetar nuestros derechos, porque quieren esconder toda esa historia. No les agrada, aunque saben que algún día, y creemos en la justicia divina que tarde o temprano van a tener que dar cuentas, les guste o no les guste. 

Y ese es el problema, porque nuestras generaciones se están muriendo de hambre y su herencia es grandísima y otros la están disfrutando. Eso es lo que tratan de esconder.

Todavía hay documentos que datan de 1904 que muestran que todo este territorio le pertenece a la comunidad, pero no solo este, también el parque, lo que es la Alcaldía Municipal. Por allá, más atrás, hay una barranca —de los Elotes parece que se llama—, hasta ahí llega el territorio de las comunidades. Ahora, ¿se lo compraron siquiera a la comunidad? ¿O al menos le dijeron «regálenlo»? No, si aquí solo lo vinieron a agarrar, eso es lo que ha pasado, eso es lo que esconden, eso es lo que no quieren que las futuras generaciones se den cuenta. Y ese es el trabajo que nosotros estamos desarrollando y por eso tenemos problemas también.

Rafael Latin, en la conmemoración de la masacre del 1932, con la camiseta “No justice on stolen land”, “No hay justicia en tierras robadas”.

«Cómo es posible que haya gente aquí que tenga que desayunar y almorzar con un pedazo de tortilla y un pedacito de limón».

¿Cuál es la diferencia entre la espiritualidad de ustedes y la que trajeron los españoles y cómo se relacionan?

Hay muchas diferencias que comentar. Primero, de cómo ellos nos tratan a nosotros, porque ellos nos vienen a imponer un montón de imágenes que para nuestra población no tienen nada que ver, incluso lo podemos estar viendo en la actualidad, porque hay eventos que aparentemente son religiosos, porque como la población que está lejos de nosotros desconocen y creen que en ese caminar vamos, pero, en el fondo, no es así.

Lo que ha pasado es que se volvió tradición y costumbre echar a andar un acto de esa clase, pero cuando ya relacionamos directamente el tema espiritual, eso está muy lejos, porque, por ejemplo, en nuestro Izalco, que hay por ahorita 35 a 38 cofradías con un estilo de religiosidad católica, eso no tiene nada que ver con nuestra espiritualidad.

Para muchos de nosotros, en el fondo, esa espiritualidad no tiene significado, aunque llevemos y traigamos la imagen. Y eso viene desde antes, porque en los momentos difíciles se pedía en un rinconcito en el rancho, directamente sin iglesia, entonces eso era muy diferente, aunque fueran a misa. Porque acuérdese que en un primer momento fue impuesto, y al pasar el tiempo se convirtió en costumbre y tradición.

Hay un ejemplo en Izalco, la iglesia nunca ha podido imponerse totalmente ante las cofradías porque, aunque aparentemente se camine de la mano, no es tan de la mano, porque no se comparte como ellos (los católicos) quisieran. Por ejemplo el compartir la chicha, no la comparten, pero sí que se la toman y hasta se ponen borrachos. Entonces, ¿qué me pueden enseñar a mí? Entonces, ¿adónde está la espiritualidad? Nosotros tenemos una espiritualidad práctica, no de tanto hablar, pero sí de hacer. A pesar de eso tenemos una buena relación porque no somos enemigos tampoco.

¿Piensa que el Gobierno debería velar por la herencia cultural, los sitios sagrados y el medio ambiente?

Yo creo que en ese tema tendrían que ser los pueblos, porque ellos, los gobiernos, ¿qué saben? Definitivamente tiene que haber gente de la comunidad en esos puestos, pero que sean realmente de la comunidad, que hayan vivido en carne propia lo que yo le he comentado antes, no alguien que quiera aparentar, porque ahí tenemos a Eric Doradea, que es preparado en Santo Domingo de Guzmán, y Heriberto, lo mismo, pero ¿qué dicen en la práctica? ¿Qué dice el ministro de Cultura si en la práctica no han entendido en que están metidos? Porque lo que han venido buscando es su posición, tanto económica como social, pero que en realidad le den vida como tienen que darle, absolutamente nada. Si ellos en realidad tuvieran conciencia como se debe, de estar alguien con conciencia social de una población originaria, sería muy diferente. No deberían estarse prestando a ese show, porque quien está empleado ahí de todos modos es su trabajo y está bueno que esté ahí, pero deberían de dar el ejemplo, por lo menos negarse o quedarse atrás, pero no estar ahí, al frente, montando el show, que es lo que no compartimos. 

Entonces, yo considero que quien esté ahí tiene que ser una persona que haya salido directamente de nuestra población, que haya vivido la experiencia que se vive dentro de los pueblos originarios. Mientras, difícilmente va a entender, mucho menos va a comprender el esfuerzo que se hace para darle vida a nuestra cultura.

«Esa política tiene que nacer de los pueblos, para que ellos como gobierno le den vida. Es que se tendría que hacer al revés».

Entonces, ¿usted quiere decir que, en teoría, debería de ser el Ministerio de Cultura el responsable de preservar todo este conocimiento, sabiduría ancestral y sitios sagrados?

Sí, como estamos hablando de una estructura gubernamental y dentro de esa estructura pues está el Ministerio de Cultura, entonces tendría que ser nuestra gente que en realidad conoce la situación de la población quienes manejan el ministerio. Nuestra gente conoce este tema. Porque, por ejemplo, lo que le decía de Eric, sí, es cierto, ellos han estado ahí, pero, ¿con qué propósito llegaron ellos? No pertenecen a esta comunidad, son de otra sociedad.

Entonces, difícilmente van a poder darle vida a algo que en el fondo desconocen, porque no lo han vivido. Entonces, ellos se apegan más que todo al sistema que el Gobierno está imponiendo, y no es que estemos en contra de ningún gobierno, estamos en contra de las acciones y decisiones que toman porque, para empezar, ¿cómo es posible que un Gobierno esté construyendo una política pública donde no saben ni qué es lo que están escribiendo? Porque esa política tiene que nacer de los pueblos, para que ellos como gobierno le den vida. Es que se tendría que hacer al revés. Incluso yo estoy admirando que, por ejemplo, en Honduras, acaban de nombrar a una muchacha y ella sí creo que viene de los pueblos originarios. No recuerdo cuál es el cargo que le han dado, pero ella sí es de la comunidad. Por eso le digo que el Ministerio de Cultura tiene que poner gente con conocimiento para que pueda elaborar un trabajo que responda directamente a la población. Pero ahorita lo que están haciendo es destruyendo más lo que nosotros por todos los medios tratamos de cuidar, que son los territorios, el medioambiente, los principios.

Debe existir, dentro del Estado, una entidad que vea los asuntos indígenas

Se une a la plática Armando González, quien ha sido compañero de caminos de don Rafael en esta prolongada lucha por la dignidad y por los derechos de los pueblos indígenas: 

«Las políticas públicas sobre asuntos indígenas deben venir de la comunidad»

«Nosotros entendemos que la población salvadoreña es pluricultural. No estamos pensando en un Ministerio de Cultura que vea solamente asuntos indígenas no, tendría que ver todos los aspectos de la cultura, como por ejemplo los afrodescendientes, los mestizos, etc. Pero sí pienso que tiene que haber una entidad dentro del Estado, del Gobierno, que vea los asuntos indígenas, llámese dirección, llámese ministerio, como quiera llamarse.

Tendría que establecerse también un mecanismo de selección para que las personas que estén ahí, que por supuesto serían funcionarios del gobierno, empleados del gobierno, y que tendrían que trabajar en las políticas públicas sobre asuntos indígenas vengan de las comunidades. Que sean las comunidades, los consejos, los autogobiernos quienes los propongan, con los procedimientos necesarios para que las personas lleguen ahí y trabajen verdaderamente por los asuntos indígenas, y no lleguen solo a querer enriquecerse. 

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