Entrevista

La obra de este profesor de arte viajó a Izalco donde permanecerá en homenaje al lugar que fue uno de los principales de la masacre contra la rebelión indígena en 1932.

Entrevista a Carlos Quijada

91 años del silencio al etnocidio salvadoreño

La obra del profesor de Historia del Arte de la Escuela de Artes de la Universidad de El Salvador (UES) fué donada por el mismo autor a la Alcaldía del Común de Izalco, la organización más antigua que representa la comunidad nahua pipil desde los tiempos de la colonización española hasta nuestro presente. En un poblado fracturado por “La matanza”, la masacre cometida contra la población originaria en todo el occidente del país, esta exhibición reviste una importancia muy especial por cuanto visibiliza uno de los episodios menos estudiados y debatidos de la tragedia salvadoreña.

Las 43 piezas de Carlos Quijada, que trabajó en los últimos tres años, es el legado que este artista plástico deja como una ofrenda para honrar la memoria de las víctimas que asesinó el régimen del general Maximiliano Hernández Martínez. 

En 1932, la sociedad salvadoreña quedó fracturada tanto en el aspecto económico, político y social porque Hernández Martínez instauró un modelo autoritario, de partido único, que aumentó la desigualdad social en perjuicio de los sectores más desfavorecidos que fueron sistemáticamente expropiados para consolidar al sector cafetalero.

Texto y Fotografías: Giuseppe Dezza
Enero 27, 2023

Carlos Quijada, 57 años, es catedrático universitario de la Escuela de Artes del Alma Mater desde al menos hace dos décadas, donde ha cultivado generaciones de estudiantes que buscan la expresión personal por medio de la sensibilidad que ofrece la pintura, la escultura y el dibujo con el objetivo de ser profesional en una sociedad adversa.  Desde el seno de la universidad nacional, este profesor que durante sus años mozos hizo teatro en diversos espacios del país, insiste en que el artista debe buscar y encontrar su voz propia ante la realidad que le rodea, pero también investigar donde otros miran de soslayo.

Pieza que pertenece a la obra “Mujeres con sus hijos, hermanos y/o maridos muertos”

¿Cómo es que concebiste esta muestra en Izalco?

En la universidad imparto asignaturas como dibujo, pintura e historia del arte de El Salvador. Entonces, la historia del arte básicamente es lo que generó la inquietud de trabajar en esta  muestra pictórica tomando en cuenta que en la asignatura se habla de los acontecimientos que se han dado en El Salvador y, por supuesto, la producción artística que ha existido a lo largo de lo que hoy conocemos como la República de El Salvador tocan los eventos de 1932.

¿La masacre de 1932 contra la población originaria?

Esto me motiva precisamente a trabajar en la creación de la obra tomando en cuenta que es  importante dentro de la educación de los estudiantes de la UES porque ellos deben saber qué es lo que aconteció. Además, muy poco o casi nada se aborda sobre estos acontecimientos en la educación básica en la universidad, pues son muy pocos los espacios donde se da información sobre estos conocimientos, sobre historia nacional…

Pues, bien, la creación de la piezas más bien me motivó precisamente por mis clases de historia del arte donde veo los acontecimientos que son importantes precisamente para poder entender, conocer de los cambios de identidad y de cultura, de quiénes somos ahora y a qué se debe, a qué se debió los hechos de 1932.

Pieza que pertenece a la obra “Mujeres con sus hijos, hermanos y/o maridos muertos”

¿Eso marcó emocionalmente tu propuesta?

Sí, marcó precisamente esa transcripción de la cultura y de la identidad originaria a lo que somos en este momento. Obviamente, para poder hacer esto fui a leer las investigaciones que hay acerca de esto, desde lo que se escribió en aquella época en los años 30 y 40 hasta los estudios actuales que se han elaborado de manera académica, de manera científica de los acontecimientos que se dieron.

Además de oír testimonios de las personas de acá de Izalco, ver documentales, de cómo se dieron los acontecimientos me dió una pauta y, digamos, un margen muy grande de imágenes de emociones de sensaciones que precisamente es lo que está plasmado en la producción pictórica. Acá yo no me voy en la vía de culpabilizar o victimizar, sino más bien como un hecho antropológico, un hecho humano, en donde hombres y mujeres sufrieron violencia, sufrieron despojo, sufrieron atropellos.

Entonces me voy más por la cuestión humana que obviamente la población de esta región del occidente del país, particularmente acá en Izalco, es donde se dieron los acontecimientos más graves, más monstruosos, que se generan en una violencia, en una guerra, en una masacre donde obviamente lo peores afectados son la población civil, los indígenas, los campesinos de la época.

Un fragmento de las 14 piezas que pertenece a la obra “Fusilamiento de indígenas y campesinos”

¿Por qué para usted es tan importante que en la primaria o hasta la universidad se pueda estudiar, investigar y trabajar sobre estos hechos, sobre esta memoria?

Es que conocer la historia del país, conocer los hechos históricos es sumamente importante porque nosotros sabemos o podemos saber por qué somos así hoy. Obviamente todos estos acontecimientos que se dan en cambios sociales, políticos, económicos, religiosos marcan esa cultura y esa identidad nacional.

Esto es importante, que los niños lo conozcan y que sepan cuáles son las raíces, que sepan apreciar todo el trabajo y todo el sacrificio y todo aquello que ha habido para que sepan que las cosas no son gratis, las cosas que tenemos hoy es porque muchos otros lucharon, muchos otros sufrieron. Lastimosamente, como decía, no se le da como una apertura necesaria para que se conozcan estos acontecimientos más recientes como de los años ochenta y toda la historia del 32. Es necesario que se sepa.

En la historia salvadoreña el 32 fue el hecho más horrendo. Pero luego está la guerra civil y hay una infinidad de masacres perpetradas por el estado como El Mozote, El Sumpul, Guadalupe, etcétera. ¿Cuál debería ser la responsabilidad del estado hoy día de cara al pasado?

Creo que para ser justo pues reconocer los hechos básicamente y dignificar precisamente a las víctimas y reconocerles aquello que les fue arrebatado.

Pieza que pertenece a la obra “Mujeres con sus hijos, hermanos y/o maridos muertos”

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