Crónica

Protesta en favor del pueblo Palestino en San Francisco, Estados Unidos (2010). Foto: Giuseppe Dezza.

Israel ha tratado a todo un pueblo como terrorista

Francesca Albanese, la relatora especial sobre la situación de los derechos humanos en Cisjordania y Gaza, presentó el martes 26 de marzo un informe titulado «Anatomía de un genocidio» ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

Espacio Revista

Abril 5, 2024

En octubre de 2023, Francesca Albanese presentó un informe sobre la situación en Gaza en el que denunciaba que Israel ha convertido el territorio Palestino en una «prisión a cielo abierto», situación que aprovecha para despojar a los palestinos de sus tierras de forma ilegal. 

Aquel informe se centraba en los derechos de los niños palestinos. El 26 de marzo de 2024, Albanese presentó un nuevo informe en el que denuncia el genocidio contra el pueblo palestino y emplaza a los Estados miembros a actuar para detener la atrocidad humanitaria.

«Tras casi seis meses de incesantes ataques israelíes contra el territorio ocupado de Gaza, es mi deber solemne informar sobre lo peor de lo que la humanidad es capaz de hacer y presentar mis hallazgos, “La anatomía de un genocidio”. La historia nos enseña que el genocidio es un proceso, no un acto único. Comienza con la deshumanización de un grupo humano y la negación de su humanidad, y termina con la destrucción total o parcial de ese grupo. La deshumanización de los palestinos como pueblo es el sello distintivo de su historia de limpieza étnica, desarraigo y apartheid», expresó la relatora especial al presentar su informe en Ginebra (https://n9.cl/40brn8). 

El informe, que ha sido divulgado únicamente en inglés, puede ser consultado aquí. Por su importancia en el escenario mundial y en la casi exterminación que está sufriendo el pueblo palestino, Espacio Revista presenta algunos extractos traducidos al español del mencionado informe, en particular el resumen, las conclusiones y las recomendaciones consignadas por Albanese. 

El genocidio es un proceso, no un acto único. Comienza con la deshumanización de un grupo (…) y termina con la destrucción total o parcial de ese grupo.

Resumen

Después de cinco meses de operaciones militares, Israel ha destruido Gaza. Más de 30.000 palestinos han sido asesinados, entre ellos más de 13.000 niños. Se presume que más de 12.000 personas han muerto y 71.000 han resultado heridas, muchas de ellas con mutilaciones que les cambiarán la vida. El setenta por ciento de las zonas residenciales han sido destruidas. El ochenta por ciento de toda la población ha sido desplazada por la fuerza. Miles de familias han perdido a sus seres queridos o han sido aniquiladas. 

Muchos no pudieron enterrar y llorar a sus familiares, y se vieron obligados a dejar sus cuerpos en descomposición en sus casas, en la calle o bajo los escombros. Miles de personas han sido detenidas y sometidas sistemáticamente a tratos inhumanos y degradantes. El incalculable trauma colectivo lo experimentarán las generaciones venideras.

Al analizar los patrones de violencia y las políticas de Israel en su ataque a Gaza, este informe concluye que hay motivos razonables para creer que se ha alcanzado el umbral que indica la comisión de genocidio por parte de Israel. Una de las conclusiones clave es que los dirigentes ejecutivos, militares y los soldados de Israel han distorsionado intencionalmente los principios del jus in bello*, subvirtiendo sus funciones protectoras, en un intento de legitimar la violencia genocida contra el pueblo palestino.

Conclusiones

La abrumadora naturaleza y escala del asalto de Israel a Gaza y las destructivas condiciones de vida que ha infligido revelan la intención de destruir físicamente a los palestinos como grupo. Este informe considera que hay motivos razonables para creer que se ha alcanzado el umbral que indica la comisión de los siguientes actos de genocidio contra palestinos en Gaza: asesinato de miembros del grupo; causar graves daños físicos o mentales a los miembros del grupo; e infligir deliberadamente al grupo condiciones de vida calculadas para provocar su destrucción física total o parcial. Los actos genocidas fueron aprobados y se les dio efecto tras las declaraciones de intención genocida emitidas por altos cargos militares y gubernamentales.

Israel ha tratado de ocultar su conducta eliminacionista de las hostilidades sancionando la comisión de crímenes internacionales como respetuosa del DIH [Derecho Internacional Humanitario]. Distorsionando las normas consuetudinarias del DIH, incluidas la distinción, la proporcionalidad y las precauciones, Israel ha tratado de facto a todo un grupo protegido y a su infraestructura vital como «terrorista» o «de apoyo al terrorismo», transformando así todo y a todos en un objetivo o en un daño colateral, por lo tanto, matable o destruible. De este modo, ningún palestino de Gaza está a salvo por definición. Esto ha tenido efectos devastadores e intencionados, costando la vida a decenas de miles de palestinos, destruyendo el tejido de la vida en Gaza y causando daños irreparables a toda su población.

El genocidio de Israel contra los palestinos de Gaza es una fase de escalada de un largo proceso colonial de borrado por parte de los colonos. Durante más de siete décadas este proceso ha asfixiado al pueblo palestino como grupo —demográfica, cultural, económica y políticamente—, intentando desplazarlo y expropiar y controlar su tierra y sus recursos. La Nakba en curso debe detenerse y remediarse de una vez por todas. Es un imperativo que se debe a las víctimas de esta tragedia altamente evitable, y a las futuras generaciones de esa tierra.

El genocidio de Israel contra los palestinos de Gaza es una fase de escalada de un largo proceso colonial de borrado por parte de los colonos.

Recomendaciones

El Relator Especial insta a los Estados miembros a que hagan cumplir la prohibición del genocidio de conformidad con sus obligaciones inderogables. Israel y los Estados que han sido cómplices de lo que puede concluirse razonablemente que constituye genocidio, deben rendir cuentas y ofrecer reparaciones proporcionales a la destrucción, la muerte y el daño infligidos al pueblo palestino.

El Relator Especial recomienda que los Estados miembros:

(a) Apliquen inmediatamente un embargo de armas a Israel, ya que parece haber incumplido las medidas vinculantes ordenadas por la CIJ [Corte Interamericana de Justicia] el 26 de enero de 2024, así como otras medidas económicas y políticas necesarias para garantizar un alto el fuego inmediato y duradero y restablecer el respeto del derecho internacional, incluidas sanciones;

(b) Apoyar que Sudáfrica recurra al CSNU [Consejo de Seguridad de la ONU] en virtud del artículo 94(2) de la Carta de las Naciones Unidas tras el incumplimiento por parte de Israel de las medidas de la CIJ antes mencionadas;

(c) Actuar para garantizar una investigación exhaustiva, independiente y transparente de todas las violaciones del derecho internacional cometidas por todos los actores, incluidas las constitutivas de crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad y el crimen de genocidio, incluyendo:

(i) cooperando con los mecanismos internacionales independientes de determinación de hechos/investigación y rendición de cuentas;

(ii) remitiendo inmediatamente la situación en Palestina a la ICC [Corte Criminal Internacional], en apoyo de su investigación en curso;

(iii) cumpliendo sus obligaciones en virtud de los principios de jurisdicción universal, garantizando investigaciones y enjuiciamientos auténticos de las personas sospechosas de haber cometido crímenes internacionales, incluido el genocidio, o de haber colaborado en su comisión, empezando por sus propios nacionales;

(d) Garantizar que Israel, así como los Estados que han sido cómplices en el genocidio de Gaza, reconozcan el colosal daño causado, se comprometan a no repetirlo, con medidas de prevención, reparaciones completas, incluido el coste total de la reconstrucción de Gaza, para lo que se recomienda el establecimiento de un registro de daños con un proceso de verificación y reclamaciones masivas que lo acompañe;

(e) En el seno de la Asamblea General, elaborar un plan para poner fin al status quo ilegal e insostenible que constituye la causa fundamental de la última escalada, que en última instancia culminó en el genocidio de Gaza, incluso mediante la reconstitución del Comité Especial de las Naciones Unidas contra el Apartheid para abordar de manera exhaustiva la situación en Palestina, y estar dispuestos a aplicar las medidas diplomáticas, económicas y políticas previstas en la Carta de las Naciones Unidas en caso de incumplimiento por parte de Israel;

(f) A corto plazo y como medida temporal, en consulta con el Estado de Palestina, desplegar una presencia internacional de protección para limitar la violencia utilizada habitualmente contra los palestinos en el territorio palestino ocupado;

(g) Velar por que la UNRWA (Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Próximo) reciba una financiación adecuada que le permita atender las crecientes necesidades de los palestinos de Gaza.

El Relator Especial pide a la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos que redoble sus esfuerzos para poner fin a las actuales atrocidades en Gaza, entre otras cosas promoviendo y aplicando con precisión el derecho internacional, en particular la Convención sobre el Genocidio, en el contexto del territorio palestino ocupado en su conjunto.

* Jus in bello: Es el derecho que regula la forma en que se conducen las hostilidades. Su finalidad es estrictamente humanitaria, ya que procura limitar los sufrimientos causados por los conflictos armados (CICR).

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